Llevo días haciéndome la pregunta de: “¿Como puedo ir construyendo mi meta personal y profesional?” . Aún dedicándome a lo que me dedico humildemente reconozco que me ha llevado varios dolores de cabeza y falta de sueño intentar responderla. Pero como muchos ya sentimos, todo pasa por algo bueno, y lo mejor es que se presenta como un regalo.
Investigando sobre “como hacer”, me encontré con una serie de noticias que me descubrieron la luz y me encantaría todos descubriéseis con este artículo. Lo emplearemos para la consecución de metas de cualquier tipo: aprobar la universidad, conseguir un contrato, ser fisicamente más atractivos, aprender a entender y descifrar nuestras emociones, vivir de forma plena, aprender a “amar la vida”…..
No nos dejamos de preguntar “¿como harán las personas que ya han conseguido lo que deseaban?. Llevamos a cabo un detallado estudio de sus hábitos diarios y nos dejamos guiar y aconsejar por sus herramientas. Comenzamos a imitarles. Los primeros días no percibimos resultados, comenzamos a llevar a cabo horarios interminables de trabajo en exceso, para al final darnos cuenta de la frase “tanto para tan poco”, desmotivándonos y empezando a pensar en tirar la toalla, rendirnos.
A pesar de eso sigues creyendo en tu proyecto, vuelves a levantarte y comienzas de nuevo. Renuevas esas herramientas que a otras personas con éxito les sirvieron pero, de nuevo, los resultados escasean y te rindes. Dejar tu proyecto soñado duele mucho, y más cuando en ese momento no eres consciente de qué deberías hacer y sientes estar perdido. Todo eso te genera una inseguridad tan amplia que empequeñeces, comienzas a dejar de creer en lo que amas y dejas de creer en tu persona, en tu potencial humano.
¿Por qué ocurre esto?
Todo esto no ocurre porque tengas escaso potencial para conseguir tu meta. Simplemente intentaste conseguir de un día para otro lo que a otras personas les costó conseguir más días, meses o incluso años. Has estado actuando bajo el lema de “lo quiero tener todo ya” produciéndote una ansiedad que, de forma normal y controlada te sirve como energía, incluso motivación. Pero si nos dejamos llevar por ella nos arrastra, haciéndonos retroceder en nuestro camino.
Yo misma viví lo anterior. Saturarme en poco tiempo, esperando conseguir algo que se tardaba mucho más tiempo en obtener, pero no en sentir 🙂 Me atrevería a descubriros que podemos sentir nuestra meta conseguida poquito a poco en nuestro corazón desde la primera intención. Por eso, siempre que hagamos todo disfrutando estaremos construyendo un camino seguro, tranquilo y directo a nuestro propio éxito personal.
¿Y entonces que tengo que hacer?
El mejor consejo que nunca me hayan podido dar y que tantas veces he pasado por alto: ponernos metas chiquititas, que no nos cuesten mucho conseguir. Así nos iremos motivando y reforzando poco a poco, sin quemarnos ni desanimarnos. Día a día, mes a mes, vamos incorporando un poquito más de intensidad y la forma en como ir realizando esos pequeños premios, ampliando los desafíos y también las victorias. Es increíble como una forma de gestionar nuestra vida tan fácil la podemos pasar tantas veces por alto. Pero sí, funciona! Nos va acercando a nuestra meta de una forma tranquila y sin sensaciones negativas innecesarias.
De hecho, este hábito que estás adquiriendo te permitirá ir consiguiendo cosas que antes verías más complicadas y que ahora gracias a esa nueva forma de gestionarte, consigues sin casi esfuerzo. El objetivo de mejorar viene dado por ir incrementando poco a poco la intensidad en que desarrollamos nuestros sueños y metas. Imagínate sino empezar tu camino en forma de curva personal tan vertical que si no vas creciendo interiormente a la par, y cultivándote con hábitos, llegará un momento en que se convierta en horizontal sin producir resultados (es ahí cuando te puedes saturar mucho).
Mantente ahí, en el hábito adquirido y en el punto de la curva personal que tu creas conveniente en la consecución de tu objetivo. No tienes por qué desear hacerte millonario, o vivir inmensamente el éxito gracias a las comparaciones. Yo me dí cuenta que pretendía con mi sueño, y sigo pretendiendo vivir en paz y sentirme llena, llena de amor y disfrutando la vida.
A veces también es muy importante saber cuando tenemos que parar, y antes de comenzar nuestro precioso camino hasta nuestro sueño, ser conscientes de “por qué” lo queremos conseguir, preguntarnos la razón de por qué lo deseamos, y lo más importante, ser conscientes de si proviene directamente de nuestro corazón. Entonces valdrá la pena tanto lo bueno como lo menos bueno que encontremos por el camino, y siempre nos hará mantener la ilusión, nos permitirá no parar de soñar, creer en nosotros. En definitiva, el cocktail “mágico” y necesario para lograr tu sueño.
Si quieres un cambio, gestiona una intensidad y forma diferente en lo que haces. Entonces podrás permitirte el regalo de soñar despierto 🙂
