5 grandes estrategias para resolver un conflicto

22/03/2015 Paula Díaz-Hellín

Hoy voy a compartir con vosotros mi fascinación por la capacidad que tenemos todos los seres humanos a la hora de entendernos sin tener casi “ni idea” de muchos de los principios o conocimientos emocionales que por desgracia no se preocupan por enseñarnos en el cole.

Pero no pasa nada, para eso os traigo este artículo que escribí también publicado en la revista digital La mente es maravillosa, donde os hablo de 5 estrategias para aprender a solucionar y gestionar cualquier conflicto que nos surja en nuestras vidas.

Para ello comenzamos definiendo correctamente qué es un conflicto, ya que muchos de los problemas para su resolución comienzan por confusión por parte de las personas implicadas, dándole mas importancia de la que tiene a la situación y generando así un bucle sin sentido y por tanto con difícil solución.

 

Así, Stephen Robbins entiende el conflicto como “Un proceso que se  inicia cuando una parte percibe que otra la ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar de manera negativa, alguno de sus intereses” .

 

También tener en cuenta que un conflicto requiere de dos o más personas o grupos que interactúen teniendo una relación de doble sentido donde A se comunica con B, y B se comunica con A.

Pues bien, Kenneth Thomas y Ralph Kilmann nos identifican 5 estrategias para resolver un conflicto, donde cada una de ellas se puede utilizar dependiendo el grado de asertividad y cooperación exhibido por las partes implicadas. Estas son:

– La colaboración, que intenta satisfacer por completo a todo el mundo. Ésta requiere de alta asertividad y colaboración por ambas partes implicadas.
– La acomodación donde se nos indica la voluntad de una de las partes de satisfacer las necesidades de la otra dando igual las suyas propias. Requiere de mucha cooperación y casi ninguna asertividad.
-El compromiso, la reina de las estrategias para resolución de conflictos donde conseguimos un equilibrio en ambas partes y donde se garantiza que todos queden satisfechos.
-La competencia, donde se garantiza que una persona gana a expensas de todas las demás. ¿Que opináis de esta estrategia vosotros?
-La evasión, que se concibe cuando queremos evitar el problema aunque signifique que ninguna de las partes se quede satisfecha.
Los autores defienden que cuando una persona es consciente de las distintas categorías arriba citadas, puede seleccionar la estrategia que más le sea apropiada para solucionar cada nuevo enfrentamiento que se le plantee.
¿Pero como llevar todo esto a la practica?
Aquí os dejo unas cuantas “perlas” para que os guiéis en la solución y puesta en escena del conflicto que deseéis.
– No intentes evitar el problema. Resuélvelo. Si los vamos resolviendo a medida que van originándose, eliminaremos futuras causas de conflicto.
– Comienza identificando tu propia reacción instintiva ante un conflicto. Lo puedes hacer pensando en cómo has gestionado un par de situaciones conflictivas anteriores, siendo sincero en la valoración.
– En cuanto sepas el anterior paso y seas consciente de como actúas, aborda las nuevas situaciones difíciles con respeto y calma mostrándote amable con la otra persona y escuchando con atención lo que tenga que decir. El hecho de que tenga una postura diferente a la tuya no significa que sea agresiva o negativa.
Expón los hechos y establece aquellos puntos en los que podríais estar de acuerdo. A continuación explora las distintas alternativas a tu alcance, estableciendo algunos objetivos y plazos que ambos podáis acordar, trabajando para cumplirlos.
– A medida que avancéis, se desarrollará un vinculo entre vosotros de confianza mutua, entendimiento y comprensión, facilitando la posibilidad de abordar cualquier problema que aún podáis tener para solucionar el conflicto.
Evita siempre la confrontación y concéntrate en el asunto, no en la persona. Esto evitará que un problema simple acabe en una acalorada disputa.
 Es muy bueno, como último consejo a la hora de solucionar y gestionar adecuadamente un enfrentamiento, realizarnos de forma personal las siguientes preguntas cuando nos encontremos de cara la situación:
– ¿Soy demasiado agresivo o demasiado débil cuando me enfrento a un conflicto?
– ¿Necesito mas conocimiento o practica en la gestión del enfado o la asertividad?
Espero que estas geniales pautas y estrategias os liberen de más de una situación que os esté estancando o bloqueando el día a día. Liberarnos de las barreras por muy pequeñas que puedan ser es uno de los pasos necesarios para una vida emocionalmente sana.
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Paula Díaz-Hellín

Coacher emocional....