Las cosas buenas llegan cuando menos las esperas

27/10/2015 Paula Díaz-Hellín

Dicen que la suerte es una condición, o más bien, un estado personal. Cuando el universo entero parece trazar un plan maravilloso y proporcionarte aquello que tu corazón anhelaba. Y tal vez, ya tenía por perdido.¿No te ha sucedido nunca? Seguramente lo hayas llamado destino,  ley de la atracción, simplemente causalidad….Pero cuando te esfuerzas y dedicas lo mejor de ti a conseguir aquello que esperar, la vida nunca te negará obtenerlo. ¿Quién podría entonces evitarlo? Lo siento, tú mismo.

Puede que seas un pelín excéptico a la hora de creer en la famosa frase “si esperas, todo lo bueno llega”. Si es así te invito que reflexiones lo siguiente: tienes a tu disposición toda la magia de la vida que, simplemente por existir, te mereces como expléndido ser humano que eres. El único requisito que necesitas para advertirlas es  recorrer el camino con la mente abierta, despejada y el corazón repleto de ganas por darles la bienvenida.

Existe un estado, creer en ti, al cual se debe que todo lo bueno y la suerte llegue a ti. Mucho misterio más no tiene. Amarte y respetarte, confiar en ti, tiene recompensa. Cuando eres capaz de creer en ti mismo atraes y eres bendecido con aquellas situaciones que te llenan de luz.  

 

La creencia en uno mismo ya sabes que te permite tocar las estrellas y superar cualquier barrera que puedas encontrarte en tu camino.

Me gustaría preguntarte entonces ¿crees en ti? Te propongo tomar un tiempo de reflexión, responderte y poner en práctica estos sencillos consejos para permitir que las cosas buenas lleguen a tu vida:

  1. Sal de tu zona de confort, y deja la rutina a un lado. Atrévete a realizar actividades diferentes. Aquellas que te propician a cambiar y sacar al máximo tus potenciales ocultos.
  2. Ilusionate cada día de tu vida. La ilusión es el ingrediente básico para avivar nuestra máquina motivadora. Sin ella, perdemos esa sinergia que nos permite dar todo lo mejor de ti mismo y conseguir todo aquello que te propongas.

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Y recuerda que quien puede cambiar sus pensamientos es el dueño y señor de su destino. Claro que compartiendo contigo estas palabras no descarto que las cosas buenas, en alguna ocasión, puedan darse por una casualidad. Ahí reside la magia de la vida. Todo ocurre por algo y todo es bienvenido. Pero me toca recordarte que si pones de tu parte, aquello que deseas llegará con más fuerza incluso antes de lo que tu crees.

Los pensamientos que no te dejan avanzar, o te generan un miedo atroz a la hora de continuar en tu camino, a sentirte válido son los que llamamos pensamientos limitantes. Y para modificarlos y ser libre para llevar a cabo lo que desees se requiere un trabajo personal, una reestructuración cognitiva. Pero ¿cómo puedes cambiar tu forma de pensar y percibir el mundo entonces?

El primer consejo que te puedo dar, incluso el único  es pensar que lo mereces. Recuerda que tienes el derecho vitald de amarte, de vivir y disfrutar cada momento de tu existencia como un aprendizaje lleno de sensaciones únicas. Que eres el protagonista y actor principal de tu vida. Por tanto todo lo que sueñes, te haga ilusión cada día y te lleve a cambiar, comienza a hacerlo. Tienes todo lo necesario para materializar aquello que tu mente/corazón comparte contigo. Solo aprende a esperar 🙂

 

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Paula Díaz-Hellín

Coacher emocional....